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domingo, 22 de abril de 2012

Tic Tac.... El tiempo empieza a correr


-¿Volviste con tu familia? –le pregunte

Lena solo se limito a negar con la cabeza.- Nunca mas volví a verlos. Tenia miedo de que si regresaba a ellos, tal vez, no lo se. Artemis me encontraría y les haría daño, por el haberlo engañado y huido de el…. Aunque también de lo que tenía miedo, era el que yo les pudiera dañar. En esa época, yo aun era muy inestable

-¿Nunca?

-No –podía ver la tristeza en sus ojos cuando lo dijo-. No quise arriesgarme…..

-¿Y que paso con Artemis?

Al ver que no respondió a mi pregunta, me di cuenta que era clara la respuesta.- Aun sigues huyendo de el.- Susurre. No era una pregunta, sino más bien una afirmación.

-Si –contesto apretando los puños.- Todavía lo hago. Solo mantengo la esperanza de que él ya se haya olvidado de mí y deje de buscarme. Pero no quiero arriesgarme… así que siempre me mantengo yendo de un lugar a otro.

-Debe de ser muy difícil, el estar viviendo de esa forma para siempre.- comente en voz alta sin querer

-Hay veces que si lo es, pero hay veces en las que no. Se podría decir que una de las ventajas es que puede conocer lugares y personas interesantes por todo el mundo.- trato de sonreír

-Puede que si- también trate de sonreírle

Aunque hay veces en las que quiero dejar de correr y vivir una vida en calma; sin la preocupación de que alguien me esté persiguiendo.-

-También hay veces en las que yo pienso lo mismo -Musite casi en un suspiro

-¿Cómo dices? –levanto la vista

-Eso. Lo que dijiste hace un momento.- le dije

-¿Qué cosa dije?

-Lo de vivir una vida en calma –le recordé

-No lo dije. Yo solo… lo estaba pensando –

-Tal vez lo dijiste en voz alta sin querer –replique rápidamente

-Si…. Tal vez tenga razón-. Lo acepto algo dudosa

-Lena… no quiero ser molesta… Pero-¿seria posible que llamara a Eric para que viniera? –Le pedí

 -Esta bien.- se levanto de su asiento

-Gracias.- le agradecí. Ahora siendo yo la que forzaba una sonrisa

Saliendo Lena de la habitación, me recosté en la cama haciéndome ovillo mientras esperaba a Eric.

Ay no. No. No. No puede estar pasando, esto de nuevo. –Me dije mentalmente.- Se suponía que había bloqueado mi telepatía. Esta no podía estar surgiendo

-Pobre. Pobre. Podre de ti Violet.- surgió la burlona voz de la otra Violet-. Mientras más débil te vuelvas. Más fuerte yo me volveré y me adueñare de tu cuerpo- como debió de haber sido desde un principio.- explico riendo

-Cállate. Cállate.- Musite asustada mientras tapaba mis oídos con mis manos fuertemente.

Tic tac, tic tac. El tiempo corre Violet. Si fuera tú. Haría algo para detenerlo.- podía imaginarla riéndose y mirándome con arrogancia.-

¿Qué cosa? –le conteste ya harta. Quería que me dejara en paz

Todo lo que tienes que hacer es….

-Violet. Lena me dijo que querías hablar-. Entro Eric a la habitación. Interrumpiendo por completo a la otra Violet.

Me levanta. Baje las manos de mis oídos. No sabia si estar aliviada de que el viniera rápido, o molesta de que ya no me dejara escuchar lo que me iba a decir ella. Me quede un momento en silencio mientras lo veía ahí parado en la puerta.

Yo… eh….

Humm. Que mal… creo que será para la próxima.- dijo algo molesta la otra Violet

Espera. Espera.- le dije algo desesperada mentalmente.

Tranquila. Volveré…. Siempre lo hare.-

-¿Violet? ¿Te encuentras bien cariño? –pregunto Eric acercándose lentamente y tomando mi mano

-Si. Estoy bien. Solo quería verte.- le metí- solo un poco-.

-¿Qué es lo que ocurre?

-Yo… eh… -¿Qué era lo que le iba a decir? Rayos, esto de lo de la memoria estaba apestando.- Hmm… bueno, quería decirte, que espero que lo que acaba de pasar no atrase nuestros planes de boda.- volví a mentirle

El parecía algo confuso por lo que le dije.- ¿Estas segura cariño? No creo que sea buena idea. Acabas de despertar y aún estas algo débil. Creo que será mejor que lo atrasemos por un tiempo.- acaricio mi mejilla tiernamente mientras me lo explicaba

-No.- tome su mano.- no quiero suspender la boda Eric-. ¿Por qué de repente tenia esa necesidad de querer casarme tan pronto? Negué con la cabeza y seguí: Yo te quiero Eric. No quiero atrasar la boda.- le repetí.

Su rostro pasó de la confusión a la alegría en un segundo. Tomo mi rostro con su mano y comenzó a besarme tiernamente. Cerré los ojos y me deje llevar. En ese instante tuve otro se esos molestos flashes.

Me encontraba en un jardín. Estaba recostada en el pasto, en los brazos de alguien… y ese alguien era Demian. Se acercó a mi oído y me susurro: Te amo Violet. Siempre estaremos juntos. Te lo prometo….-terminando de decirme eso, se acerco para besarme

Aquella imagen termino de la misma forma, de la que había comenzado. Abrí los ojos y me aparte lentamente de Eric. No era justo lo que le estaba haciendo. Él no se merecía que lo traicionara de esa manera.

-¿Qué pasa? –debió de ver mi rostro por la forma en la que me lo pregunto

-Nada.- aparte un poco de cabello de su frente.- Solo, que estoy emocionada de que no hayas querido atrasar la boda.- explique tragando un poco y deseando que mi voz no se quebrara.-

-No sabes lo feliz que me haces Violet.- junto su frente con la mía, sin soltar mi mano

-Desearía poder hacerlo mas.- musite cerrando los ojos

-Ya lo haces, con solo estar a mi lado.- beso la comisura de mis labios.

Soy un ser despreciable por engañarlo de esa forma.- me dije.- No lo debería de estarlo engañando así.-

-Por favor… él no es ningún santo. Si realmente supieras lo que él ha hecho. Bueno. Te ha hecho. Lo odiarías.- regreso la otra Violet. Solo que esta vez, su voz no sonaba burlona, sino más bien amargada.
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Aquí esta el capitulo, sorry por la tardanza.  No esta mal el nombre del capitulo. Se suponía que iba a ser la otra parte de Lena, pero mejor opte por ponerle ese, ya que el de lena era muy poco, así que lo junte con este ;D
viernes, 13 de abril de 2012

LENA


Perdón por la demora, enserio. No tengo excusas. bueno la verdad si, y es que no había tenido nada de tiempo. Pero aquí esta el capitulo. Tratare de poner el otro pronto.

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Desde que había despertado en aquella habitación de los Cullen, no había salido de la cama (solo para ir al baño o desentumirme) algunos se estaban preocupando de mi repentino estado de debilidad. Unos pensaban que era por es shock que había sufrido por el incendio, mientras que otros opinaban de que tal vez era porque no me había alimentado adecuadamente en estos días- les daba más crédito a esto último. Pero pensándolo bien, ese comentario me traía a colación otro que hacia escuchado. No recuerdo quien me lo había dicho o cuando….pero de algo si sabía. Era importante pensarlo.

-Trata de recordar. ¿Cuándo fue la última vez que te alimentaste realmente Violet? –me había dicho aquella voz en mi cabeza

Por, por más tonta que hubiera sido aquella voz, estaba en lo cierto ¿Cuándo me había alimentado realmente? Y no refería específicamente a la comida normal, sino a la sangre…..pero algo me decía que no era la sangre animal lo que en realidad era lo que yo necesitaba.

Mire a Lena, que estaba sentada sobre un pequeño sofá de color marrón, en una esquina un poco alejada de mi cama; ella se encontraba muy concentrada leyendo un libro sobre arte. En estos últimos días además de mi familia, ella también se encontraba visitándome cada vez que podía, me era algo difícil el entender el porqué  de eso, desde que nos conocíamos no habíamos tenido una “relación amistosa” por así decirlo-no estaba diciendo que no me caía bien sino que apenas la conocía- aunque su presencia no me molestaba en lo absoluto, sino lo contrario ya me estaba acostumbrando.
La mire un momento y le pregunte: ¿Recuerdas como era el sabor de la sangre humana? -. No me puse a pensar como reaccionaria ella ante la pregunta, solo lo hice.

Lena bajo el libro que estaba leyendo y me miro con sus ojos dorados (los mismos que cualquier otro vampiro vegetariano) abiertos como platos.- ¿Por qué preguntas eso Violet?-.

-No lo sé. Solo es curiosidad –me encogí de hombros-. Según se, tú te hiciste vegetariana no hace más de 60 años ¿no?

Lena cerró el libro y permaneció un momento en silencio -. Si. Contesto finalmente-. Yo, deje beber de los humanos hace 60 años…. Aunque lamento no haberlo hechos desde mucho antes. –bajo la mirada

-¿Por qué? Digo si la pregunta no te incomoda

-¿Por qué?-. Sus labios se curvaron en una leve sonrisa. –Violet, creo que es obvia la respuesta. Algunos pensaran que el ser vampiro es algo sumamente grandioso –juventud eterna, viajes por todo el mundo, belleza extraordinaria –pero no es así.- se detuvo un minuto, pero luego continuo-. Tener está a veces tiene sus desventajas. No todo es perfecto

-¿Qué quieres decir con eso?

-¿No crees que es obvia la respuesta? -.pregunto enarcando una ceja. Al ver que no lo entendía, decidió explicarme- Violet, para vivir como vampiro, tiene que hacer lo que dicta nuestra naturaleza y esa es el beber sangre. Aun ahora que todo sabemos que se puede alimentar de sangre de animal, la mayoría opta por la de los humanos….lo que significa matar. Asesinar a personas inocentes, que por su mala suerte se encuentras con nosotros en el lugar y el momento equivocado.

>Al principio, a mí no me importaba para nada esas vidas… pero al paso de los años, me fui dando cuenta, que yo antes era como ellos. Tenía una familia. Amigo. Una gran carrera como cantante de ópera.- se detuvo cuando dijo eso ultimo y sus ojos se tornaron tristes.- Luego comprendí, que al matar a esas personas, en realidad dañabas a muchísimas otras. Por no decir también que cada vez que convertía en un monstruo. Ya no era para nada yo.

La mire detenidamente, mientras ella tenía posada su vista en la ventana. Era muy bonita, se podría decir incluso más que Rosalie ¿Cómo habría sido su vida antes?-. ¿Eras cantante de ópera?

Volvió a mirarme y sonrió.- Sí. Lo era. Aunque al principio me costó algo de trabajo serlo. En aquella época, tenías suerte si lograbas ser una corista

-¿Enserio?

-Claro.

-Cuéntame.- me acomode mejor en la cama para escucharla. Lena  volvió a sonreír y retomo su vista en la ventana, como si eso la ayudara a recordar mejor.

-Nací en Sicilia, Italia, en el año de  1891.  Era la hija menor de 5 hermanos. Mis padres se dedicaban a la vida artística, por lo que nos inculcaron esa pasión desde pequeños. Nunca tuvimos un hogar totalmente establecido, ya que viajábamos de ciudad en ciudad. Cada uno de encargaba de hacer algo en nuestro pequeño teatro rodante. Mis dos hermana mayores eran actrices y mis dos hermanos eran los actores y músico, en cuanto a mi…bueno, yo siempre cambiaba, nunca me decidía por algo, aunque normalmente mi predilección  era la música. Amaba cantar. Me sentía tan feliz cuando lo hacía. –sus ojos se iluminaron al estarme contando.

>>Al cumplir los diecisiete quise seguir mi “destino” como me gustaba decirle y me marche rumbo a Venecia. Me dolió mucho dejar a mi familia, pero era lo que a mí me gustaba. Cuando llegue a ese lugar, me enamore completamente de la ciudad. Era tan hermosa. Lamentablemente cuando llegue no tenía mucho dinero así que me tuve que hospedar en una horrible posada y ni hablar sobre el trabajo. A cada audición que iba, siempre me negaban la entrada ya que “tenían muchos aspirante”, por lo que tome un empleo como corista. Mi suerte pareció cambiar cuando la actriz principal se había enfermado y su suplente también lo estaba. Todos estaban paranoico, no sabían que hacer, así que me arme de valor y les dije que yo podía hacer el papel, que me sabia el personaje de pies a cabeza. Al principio no estuvieron muy seguros, pero cuando les demostré que podía, quedaron maravillados. Desde ahí, mi vida cambio por completo, cada vez me ofrecían más papeles y yo gustosa los aceptaba. O quiero sonar presuntuosa, pero me volví realmente famosa en esa época. Incluso me comenzaron a llamar “El Ángel Solderini”

-Espera un momento-. La interrumpí.- ¿El Ángel Solderini?.... entonces…eso quiere decir que- que no puede ser ¡¿ERES MILENA SOLDERINI?! -.mi sobresalto la tomó por sorpresa

-¿Sabes quién soy yo? –se veía sorprendida

-Claro que se de ti. Mis padres una vez fueron hasta Venecia para solo ir a verte cantar. Estaban encantados. Decían que eras  la mujer con la voz más hermosa de todos los tiempos… Pero….luego desapareciste por completo del mapa ¿Por qué abandonaste el teatro?

Su rostro se descompuso, volviéndose sombrío.- ¿No lo abandonas solo porque si verdad?-. Le volvía preguntar. Creo que sospechaba un poco en que iba a terminar la historia

Miro hacia el suelo y suspiro fuertemente. Levanto la mirada y dijo: Cuando uno se es famoso, es normal que atraiga a todo tipo de admiradores. Yo por ejemplo, tuve uno muy peculiar… un vampiro.

-Lena….

-Después de hacerme famosa, comencé a recibir muchos ramos de rosas cada vez que terminaba una presentación; también sin olvidar el que todas las noches siempre veía una extraña sombra en un palco que se encontraba en la parte de arriba del escenario. No le tome ninguna importancia, bueno hasta el día en que cumplí 21…. Me encontraba sola en mi camerino cuando de pronto un hombre entro a él. Era sumamente apuesto, pero lo que me llamo más la atención de él fueron sus ojos. Eran rojos.

>>No recuerdo exactamente qué fue lo que paso. Solo que desperté en una habitación muy elegante y aquel hombre estaba ahí. Mirándome fijamente. Él se presentó como Artemis y me dijo que era un vampiro. Que estaba completamente enamorado de mí y que llevaba mucho tiempo observándome, pero ya no quiso esperar más y quiso conocerme

-Vaya forma de querer conocer a alguien-. Murmure

-¿Verdad que si? –Forzó una sonrisa-. Como te contaba. Después de eso el me mantuvo encerrada en  esa habitación por mucho tiempo. Él no me trataba, pero aun así le tenía demasiado miedo. Había veces en las que me obligaba a cantar hasta que él se aburriera. Un día una de sus empleada humana, me dijo que yo tenía suerte de seguir aún con vida, ya que las otras chicas que él había llevado. Al escucharlo me aterrorice y me dije que debía salir de ese lugar a como dé lugar. Así que idee un plan para escapar.

>>Cuando el llego, yo ya estaba fingiendo estar demasiado enferma y al borde de la muerte-eso es una de las ventajas de ser actriz- Le dije que estaba enamorada de el-lo cual no era para nada cierto- y que quería estar a su lado para toda la eternidad. Que también quería ser un vampiro. El pobre idiota se creyó todo lo que le había dicho.- rio con amargura pero siguió hablando. El me mordió y fueron las peores horas de toda mi vida, pero valió la pena el sacrificarse. Cuando por  fin desperté como vampiro, el me hizo que me alimentara de una de sus sirvientas. Me lamente un poco por la mujer pero era mi vida o la de ella, y yo elegí la mía. Habiendo terminado le dije que quería más, pero que esta vez que fuera alguien del pueblo. Artemis acepto y me prometió que volvería pronto; dejándome por fin sola. No perdí el tiempo y Salí huyendo de ese maldito lugar, a la dirección contraria de donde estaba el pueblo. Corrí lo más que pude. Nunca me detuve de correr.